Betty Friedan
(1921 – 2006)
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Nacida en el seno de una familia de origen judío, su padre, Harry, era joyero, y su madre, Miriam, abandonó su empleo como editora de un periódico para ejercer de ama de casa. Tras graduarse summa cum laude en el Smith College, en 1942, Betty realizó estudios de psicología en la Universidad de Berkeley y empezó a trabajar como redactora. En 1952, cuando se encontraba embarazada de su segundo hijo, Betty fue despedida de su trabajo. Dedicada a partir de este momento al cuidado de la familia y a las tareas domésticas (y limitada laboralmente a algunos trabajos free lance), un encuentro con antiguas compañeras de estudios, resultaría determinante para su futuro. A raíz de un encargo del Smith College sometió a sus colegas a un minucioso cuestionario y descubrió que su insatisfacción con la vida que llevaba no era algo personal sino colectivo. Las conclusiones de este primer estudio, presentadas en el artículo “I say: Women are People Too”, reflejaban la pérdida colectiva de identidad de las mujeres de su generación y la llevaron a iniciar un análisis de campo sobre el papel que, en la sociedad estadounidense de la posguerra y la guerra fría, se asignaba a las mujeres.
Se entrevistó en profundidad con más de ochenta mujeres de diferente condición, así como, con psicoanalistas, sociólogos, antropólogos y expertos en psicología femenina y en educación familiar para conocer sus puntos de vista. El resultado de este estudio fue La mística de la feminidad (1963), un exhaustivo análisis del rol de las mujeres de clase media “convertidas por la sociedad en amas de casa sin recursos propios”, y referente indispensable (al igual que El segundo sexo de Simone de Beauvoir) para la configuración del movimiento feminista de la década de 1970. En opinión de Friedan, “existía una extraña discrepancia entre la realidad de nuestras vidas como mujeres y la imagen a la que intentábamos ajustarnos”. En los años inmediatos a su publicación, La mística de la feminidad, que obtuvo el premio Pulitzer en 1964, se convirtió en un auténtico best-seller (las ventas superaron los tres millones de ejemplares) y puede decirse que marcó un antes y un después en la historia del siglo XX, pues dio forma al movimiento feminista urbano de clase media. Cada vez más implicada en acciones en pro de la equiparación de los derechos de las mujeres, en 1966 Friedan, con otros 27 hombres y mujeres, sentó las bases de la National Organization for Women, organismo que presidió hasta 1970.
Fuentes:
- Wikipedia
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